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Esto pasó en Filbita 2022

Entre semillas y huellas

Esto pasó en Filbita 2022

En esta, su 12ª edición el Festival de Literatura Infantil Filbita volvió a su formato tradicional de cuatro días: dos dedicados a adultxs y dos dedicados a las infancias, se paseó por tres sedes de lujo y puso el foco en la naturaleza bajo el lema #somos huella, somos semilla.

En la naturaleza y en la literatura, formamos parte de un ciclo vital. Así como las semillas se germinan y se siembran, se alimentan y nutren para que puedan crecer, se necesita tiempo, dedicación y paciencia para que las lecturas que se siembran en la memoria emotiva de las chicas y los chicos a lo largo de la infancia, broten y florezcan con su propio verdor.
Durante cuatro días Filbita lanzó al aire semillas de lecturas en forma de charlas, talleres, debates, lecturas y encuentros entre libros. 
La Alianza Francesa de Buenos Aires fue sede de los talleres y conversatorios dedicados a escritorxs, bibliotecarixs, docentes, mediadorxs, artistas, ilustradores, traductorxs y editorxs del campo de la literatura infantil y buena parte de los contenidos que se generaron para esos espacios fueron transmitidos en directo y quedaron disponibles en nuestro canal de YouTube.


El tiempo de lxs niñxs llegó el sábado, comenzando desde temprano con recorridos de semillas viajeras desde el Jardín Botánico Carlos Thays, el escenario ideal para el abordaje del tema que ocupó todo el festival, donde también hubo encuentros y lecturas el domingo por la mañana. El tiempo fue propicio para dos mañanas de aire libre, perfume de tilos y observación de mariposas. 
Las tardes del fin de semana fueron a puro revuelo en la Usina del Arte, con más de 20 propuestas de actividades, talleres, espacios de lectura, creación, espectáculos de narración y musicales por día. Pero también hubo espacio de reflexión, poesía y comunión con la tierra en una instalación participativa que invitó a chicas, chicos y familias a meter las manos en la tierra, sentir el latido de las semillas, la potencia, la vitalidad y la posibilidad de imaginar en cada huella, un bosque. 

Como volvió la posibilidad del abrazo y los viajes nos visitaron: Anne Herbauts, de Bélgica que trajo entre sus libros una mirada revulsiva y plástica sobre las infancias; también Roger Mello que vino desde Brasil para ayudarnos a pensar los colores de la selva; y Sylvie Neeman, de Suiza con grandes palabras para lxs más chicxs. También, desde España, el geólogo y escritor Álex Nogues, invitó a asomarse a las huellas del tiempo en el entorno, sin dejar de lado, el juego, la ficción y el disparate como disparadores creativos. Cynthia Rodriguez trajo de Canadá, su tierra de adopción, cuentos para leer bajo el arce. 
El festival fue un ritual colectivo en el que una vez más celebramos el derecho a la poesía, la lectura y la literatura como formas de presentar el mundo, de acercarse a sus maravillas y abrazarlas, para luego, con el tiempo aprender a amarlo, defenderlo, cuidarlo.