Filba Internacional - Buenos Aires - 2019
La literatura construye límites para romperlos. Lee sin límites
Del 25 al 29 de septiembre el Festival Internacional de Literatura Filba en Buenos Aires celebró su onceava versión con 20 invitados internacionales y más de 100 participantes nacionales
El límite es -siempre- una frontera, una línea que divide territorios. Sin embargo, estos territorios que el límite separa y define, con un mismo gesto, no son única y necesariamente geográficos. El límite es también un punto final, una línea simbólica o imaginaria que indica un hasta acá. Un basta.
En la escritura el límite de las palabras es tardío: en sus comienzos, todo fue una línea de letras, una detrás de otra, en un continuo sin separación, hasta el fin de la historia. Cuando la palabra se separa, cambia el modo de percepción; cambia la forma de usar los sentidos. Por lo tanto, cambia nuestra mirada hacia el entorno y nuestra forma de contar el cuento.
Pero qué sucede cuándo ese límite es el territorio que se habita? ¿Se puede ocupar ese borde como quien transita un abismo? Detenerse en el borde conecta las zonas limítrofes que antes permanecían separadas para contaminarlas, mezclarlas: realidad y ficción; crónica y literatura; original y copia; arte y biografía. Cuando trabajamos desde los extremos, toda separación entre disciplinas queda difuminada y en tensión. De estas y más cuestiones, hablamos este año, con una veintena de autores internacionales y un centenar de escritores y artistas locales.
Comenzamos llevando al límite a nuestros invitados. Convocamos a Maurane Mazars, Sebastián Martínez Daniell, Jean Noel Pancrazi y Claudia Piñeiro, entre otros a que nos cuenten en qué momento todo pasó a ser otra cosa.
La inauguración estuvo en manos de Fabián Casas que compartió sus Seis propuestas los próximos millennials. Un texto en el que la poesía fue el centro de su relato y compartió su recorrido lector. Luego de esta conferencia, todos los autores internacional del #Filba11 se pusieron en escena con un el Mashup Literario. Alrededor de perímetro del aeropuerto en ruinas.
La diversidad de invitados internacionales combinados en esta edición permitió que nadie se quede afuera. Jonathan Lethem, ese escritor estadounidense que es clásico y moderno, dio la charla La bella imposibilidad de una novela, mientras que Lorrie Moore llenó la Sala María Guerrero del Teatro Cervantes en una entrevista que recorrió su trayectoria realizada por Santiago Llach.
Por otra parte, los clásicos recorridos literarios se realizaron en las exposiciones de dos de los artistas contemporáneos vivos más importantes de Argentina. Inspirados en la obra de Leandro Erlich escribieron la escritora italiana Helena Janeczek, Daniel Gigena, Alejandra Kamiya y Xel – Ha López Méndez. Por otra parte los escritores Vera Giaconi, Damián Gómez Bertolino, Carla Maliandi y Anna Mochovakis recorrieron la obra de Julia Le Parc y se inspiraron en su arte lumínico y cinético.
Esta edición tuvimos por primera Filba Noche. La propuesta era que, con un trago en mano se disfrutara de una programación que incluyó las cuatros noches del festival con el Performance Si construyera la naturaleza, la tradicional Noche de Poesía, el Recorrido a Puertas Cerradas y el recital performático de Madame Nielsen.
Otra propuesta diferente de esta edición fue La Fábrica. Pensada como un espacio de encuentro para la narrativa ilustrada, la edición artesanal y la autoedición, durante dos jornadas las propuestas incluyeron serigrafía en vivo, mesas para dibujar, talleres de encuadernación, historieta autobiográfica y de fanzine entre otros. Además, nos animamos y creamos nuestros propios fanzines. A partir de la traducción de las poetas invitadas Rike Scheffler y Anna Mochovakis, invitamos a los ilustradores María Luque y Pedro Mancini respectivamente para inspirarse en sus poemas. Luego Krysthopher Woods fue el encargado de diseñar el resultado. Los fanzines Poemas sónicos y Una selección de lo que significa estar a la vanguardia.
En esta misma línea el festival fue la etapa final de la primera #ResidenciaFilba. La artista suiza Maurane Mazars estuvo tres meses en Argentina, inspirándose y compartiendo con narradores e ilustradores locales. Como resultado de su experiencia hicimos el fanzine Mi español es mediocre, que incluye algunas de las ilustraciones que realizó durante su estadía.
Como día de cierre, #Filba11 por primera vez sale a la calle y toma el barrio de Chacarita. Durante toda la tarde nos tomamos cuatro puntos del barrio y realizamos performances, biblioteca abierta, charlas, microconferencias, caminatas literarias, consultorio lector entre otras actividades.
Ese día comenzó con el Cruce epistolar - Fantasmas mitológicos al borde de la realidad entre la artista visual Flavia Da Rin y el escritor I Acevedo que comenzaron un diálogo cotidiano que incluyó textos, audios y mails para armar un collage de ideas en torno al arte, la transformación y sus posibilidades.
Al mismo tiempo sucedía en la charla Pensar el Límite en la que Alexandra Kohan y Darío Sztajnszrajber pensaron sobre el límite y sobre cómo lo habitamos. Luego sucedieron una sucesión de lecturas. Por un lado en Rutas encadenadas Gabriela Massuh nos paseó por Buenos Aires, Xel – Ha López Méndez nos replicó el recorrido de su infancia por su natal Guadalajara, Jean – Noel Pancrazi hizo su propio recorrido por París, mientras que Philippe Sands compartió sus lugares cotidianos por Londres.
Como todos los años una de las últimas actividades del Festival fueron las Bitácoras del Filba en donde a partir de una experiencia en particular durante el festival. Eva Baltasar y Ana Ojeda fueron a probarse vestidos de novia, Kike Ferrari y Jonathan Lethem fueron al Cementerio Chacarita y Juan Manuel Robles y María Luque traspasaron la frontera de la ciudad en colectivo 10 haciendo el recorrido de punta a punta. En la lectura todos compartieron los textos que se gestaron a partir de sus experiencias.
El cierre estuvo a cargo de Hernán Casciari quien, en un recital de cuentos, compartió sus mejores historias.